Los productos incluyen “pequeños Justins” que vienen con el audio de alguna canción y la ropa con la que aparece en el vídeo correspondiente. También hay otros juguetes, como micrófonos, anotadores, portarretratos y osos de peluche que llevan camisetas con inscripciones del tipo “Amo a Justin Bieber”. No puedo decir que son idénticos al original, pero sí son fieles a sus rasgos más característicos, como el peinado, la forma de vestir y la cara aniñada.
En definitiva, se trata de una colección sólo para fans. Si bien yo no pondría ni un centavo de dólar por ninguno de estos muñecos, estoy segura de que muchos estarían dispuestos a comprarse la línea de productos completa, cueste lo que cueste. Así es la Bieber Fever: no tiene límites.
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