¿En dónde si no en un concierto de Green Day suben cuatro personas del público para cantar, tocar la guitarra o darle un beso en los labios al vocalista? ¿En dónde si no en un show de esta banda aparece ‘Elvis’ tocando el saxofón, el baterista vestido de mujer bailando para los fans y el líder cantando tirado en el piso? ¿Qué otra grupo ha llegado a la capital para tocar 33 temas? ¿Quién ha hecho un show de casi 3 horas en Lima? ¿Qué músico rompe su guitarra en el escenario hoy en día?
De nada importó que el “setlist” era conocido por muchos (ha sido bastante similar durante toda su gira), de nada importó que Billie Joe ya no tenga el pelo pintado de amarillo y ahora se delinee los ojos, no tuvo mayor trascendencia que el grupo se haya alejado un poco de su sonido anterior con el último álbum.
Una cosa es oír los discos y otra muy distinta escucharlos en vivo con una performance única. Así fue: hasta en las canciones más tranquilas la banda no perdió la descarga de energía que contagió (aun así muchísimos prefieran el salto al pogo) al público presente.
“Song of the Century”, seguida de “21st Century Breakdown”, abrieron el show de Green Day. La tocada se fue calentando y entonces llegaron temas consagrados como “Holiday”, “Nice guys finish last” y “Give me novacaine”. No había tregua y los estadounidenses continuaron con otras joyas de adrenalina como “Burnout”, “Going to Pasalacqua” (un fanático tocó la guitarra) y “Hitchin’ a ride”.
El momento cumbre fue cuando subió el último fan para interpretar “Longview”, y no solo porque haya cantado junto a sus ídolos, sino porque Billie Joe le regaló su guitarra. De lejos, el más envidiado del show.
Si alguien pensaba que la temperatura estaba por descender, el mismo líder de la banda se encargó de descartarlo. “Esto no es MTV, no es YouTube, esto es real, es una celebración”, gritó en medio de la euforia. Entonces sonaron los acordes de “American Idiot” (¿Quién dijo que se habían vuelto un grupo de emos?) y “Jesus of suburbia”. La nostalgia había llegado minutos antes con “Basket Case” y “She”.
El final, luego de los mil y un fuegos artificiales, la manguera que utilizaba el frontman para mojar al público y 30 canciones, estuvo marcado por la calma después de la tormenta con “Christie Road”, “Wake Me Up When September Ends” y “Good Riddance (Time Of Your Life)”.
Pero yo me quedo con el momento en que tocaron “Welcome to paradise”. Sí, Billie Joe, te di la razón cuando dijiste: “Debimos haber venido antes”. Pero también cuando nos diste la bienvenida a este mundo vertiginoso de tus shows en vivo. Porque eso fue: un “paraíso”.
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