Sigue estos pasos para aliviar la incomodidad en el lugar de trabajo.
Decide si quieres hacer frente a la persona que te está molestando. En general es mejor ventilar agravios al aire libre que dejarlos pudrir.
Habla con la otra persona, tranquila, educada y racionalmente. Céntrate en la situación y los hechos, evitando rumores y ataques personales.
Ten cuidado de no expresar hostilidad en tu postura, expresión facial o el tono. Se asertivo sin ser agresivo.
Escucha atentamente a la otra persona: ¿Qué está tratando de decir?. Asegúrate de entender su posición.
Expresa tu interés en lo que la otra persona está diciendo. Puedes reconocer sus ideas sin estar necesariamente de acuerdo. Diciendo: “Yo entiendo que te sientes así. Así es como me siento…” reconoces las dos posiciones.
Comunica con claridad lo que quieres, y ofrece sugerencias positivas y recomendaciones. Pero debes estar dispuesto a ser flexible.
Habla con tu supervisor si hay un problema con un difícil compañero de trabajo que amenaza seriamente tu trabajo, pero evita el lloriqueo.
Trata con personalidades problemáticas, intentando entender lo que motiva su comportamiento, y luego adapta tus acciones a trabajar con ese tipo de personalidad. Una vez que entiendes por qué las personas se comportan como lo hacen, serás capaz de interactuar con ellos más eficazmente.
Se firme con los matones en el trabajo, no permitas que te presionen para hacer algo no deseado. Sé contundente en tus opiniones, pero actúa con un poco de precaución.
Alrededor de quejosos, evita actuar con demasiada simpatía si sientes que sus quejas son infundadas, sino pregunta qué tipo de acciones planea tomar para cambiar la situación. Directamente pregúntale lo que quiere.
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