Tras una gran presentación de Sebastian Bach, ex líder de Skid Row, en que se interpretó canciones de su clásica banda sazonadas con sus temas de solista, los limeños esperaron un par de horas para que Axl se adueñara del escenario.
Cerca a las 12:30 a.m., los impresionantes pirotécnicos dieron el play de honor para “Chinese Democracy”, la primera de la lista, misma que tuvo un accidentado arranque. Casi como una anticipada relación íntima que en sus primeros minutos es interrumpida por una pregunta, digamos, “profiláctica”.
UN INCIDENTE: LA BOTELLA
El público, justificadamente, ya andaba medio cabreado con la espera, y alguno de los asistentes lanzó una botella con agua al volátil Rose, que de inmediato detuvo a sus músicos y pidió un intérprete para decir: “Si quieren tirar ‘huevadas’, nos iremos. Queremos divertirnos con ustedes esta noche, ¿quieren ustedes pasarla bien? Ok, empecemos esto de nuevo”.
Tras ello, la máquina fue creciendo y creciendo en combustión, hasta reventar. La gente esperaba las clásicas de GN’R, y en ello salieron complacidos. La segunda fue “Welcome to the jungle”, con el coro del público que casi opacaba a Axl. Ya demostraba el hijo rebelde de Indiana que a su voz la juerga, el desorden, la locura y los años no le habían pasado factura.
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