Concebido como una forma sinuosa de cinta, el diseño tiene como objetivo conectar las instalaciones con la comunidad. Aprisionada en su apariencia, la suave y compleja estructura crea una serie de espacios dinámicos que parecen reflejar la vibración y la energía de la ciudad.
Icónico y audaz, este espacio de uso mixto destaca del contexto por su marcada identidad, que seguramente lo convertirá en un importante punto de referencia de la ciudad.
Definido por un gesto caligráfico y una envolvente metálica, el edificio integra cuatro volúmenes girados y alargados, representando cada uno un grupo distinto de actividades. En el espacio en negativo entre las alas intersectadas, se sitúan patios íntimos que junto con la cubierta verde integran la naturaleza en el denso medio urbano.
Formas curvilíneas y volúmenes interiores expansivos continúan a lo largo de los espacios internos, donde la arquitectura comienza a dictar la forma en la que las instalaciones se utilizan y se viven.
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