Brian Molko y compañía, con una veintena de canciones, se adueñaron fríamente –sin adorno dicharachero en “castellanou” ni con inútiles solos- del sitial obligado entre top 3 de conciertos de este año.
El kick-off de la noche lo dieron los Placebo (previa presentación de los buenos connacionales Pony Asteroid) con tres imprescindibles de su reciente placa Battle for the sun (2009): “For What It’s Worth”, “Ashtray Heart” y el tema que da nombre al disco. Molko, enfundado en unos imposibles pantalones blancos y un chaleco, disparaba con guitarra y tras el micrófono, dejando avizorar que su performance sería impecable. Como sus pantalones.
“Speak in tongues” y “Sleeping with ghosts” bajaron las revoluciones iniciales con la abierta sensibilidad de estos temas; el remate de este bloque llegó con la dulce y sombría “Follow the cops back home”, una lúdica llamada a la borrachera y al crimen sin sentido para buscarle el sentido a una necia vida.
Memorable versión de su ya clásica “Every you, every me” (incluida en la banda sonora de “Juegos sexuales”), que nos recordaba el universo de Molko en sus letras, uno lleno de ambigüedades, pasiones desoladoras, egoísmo y sacrificio, compasión y masoquismo, todo licuado a ritmo de veloz marcha fúnebre.
Tras ello, “Special needs” y luego una seguidilla de temas del reciente álbum: “Breathe Underwater”, “Julien”, “The Never-Ending Why”, “Come Undone”, “Devil In Details”. En el ínterin, Molko cambia de guitarra a cada canción, Gibson Les Paul, Fender Stratocaster, Telecaster, blanca, roja, negra, plateada… Atrás, demoledores tambores del californiano Steve Forrest, implacable.
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