Apareció con un abrigo de cuero negro que luego se lo sacaría para quedarse casi desnuda. Su vestuario solo consistió en un conjunto de sostén y trusa, medias de rejilla y altas botas que complementaban el ‘look’ del show.
El momento que “encendió” la noche fue cuando Lady Gaga se sentó al piano decorado con una lengua de fuego. Sus intensas coreografías con su grupo de bailarines, todos vestidos también en cuero, terminaron por rematar la noche.
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