Google ha arriesgado con este portátil que vive conectado y aunque dispone de interesantes ideas, el concepto de navegador como centro de nuestra experiencia informática de momento presenta dos paredes gruesas que atravesar: la irrupción de la idea de aplicación en los sistemas operativos móviles y que van migrando a los sistemas de escritorio, y la limitación efectiva del navegador para tareas puramente de la red. Google se ha olvidado de lo local quizás demasiado pronto.
Chromebook, el ordenador web 2.0
Hace unos años recuerdo que mantenía habituales conversaciones sobre la importancia que el navegador estaba tomando en la informática diaria. Editaba noticias, gestionaba el correo, empezaban a nacer excelentes suites informáticas online y parecía que todo lo que hubiera que hacer en un ordenador, tendría tarde o temprano una réplica efectiva colgada de la nube.
Pero la fiebre de la llamada web 2.0 se encontró de repente con la irrupción brutal de los avanzados sistemas operativos de móviles y con ellos la idea de aplicación, la cual parece que está imponiéndose hasta el extremo de que sistemas operativos nuevos como Lion, recoge esa filosofía con su App Store.
Esa lucha entre aplicación web y aplicación (diferente en cierta manera a “programa”) está precisamente involucrada más que ninguna Google. Con sus servicios web a la cabeza en la mayoría de los ámbitos, que Google pensara en su navegador Chrome como corazón de un sistema operativo inexistente no parecía mala idea.
Su implementación casi final llega en forma de los Chromebooks, pero la sensación general es que ahora no es su momento. No sabría concluir si es demasiado pronto y le queda un recorrido al ordenador conectado y todo en la nube, o demasiado tarde porque las aplicaciones son en realidad el futuro. Difícil decisión que Google también se ve en la encrucijada de dirimir en su interior.
Con el empuje que está teniendo Android y sus aplicaciones, junto con la idea de teléfono/tablet avanzado que se convierte en ordenador cuando hace falta, la balanza se inclina casi definitivamente por pensar que Android, una vez maduro, será un sistema que se usará indistintamente en teléfonos, tableta y ordenadores. Ahí morirá definitivamente Chrome OS o lo lógico, ambos su fusionarán con lo mejor de cada casa.
La experiencia que nos deja el uso de Chromebook por ahora es satisfactoria, con los grandes “peros” de que es una idea de funcionamiento que debemos “aprender” y eso actualmente cuesta mucho. Además, si tu vida con el ordenador no es al 90% en la red, desde correo a suite informática, el Chromebook es un complicado equipo para ti. Recuerda que prácticamente todo funciona desde el navegador, no busques más iconos, configuraciones ni tan siquiera fondo de pantalla que cambiar. Eso sí, abrir el equipo y que en segundos todo sea funcional, recuperando los datos de nuestros servicios ya que todo se ha almacenado en la nube, eso sí que nos encanta.
Un hardware correcto para la idea de navegador físico
Toca ahora hablar de la parte más física y “real” del Chromebook de Samsung, el series 5. El equipo es un portátil de 12.1 pulgadas, un tamaño que nos parece perfecto para aunar buena pantalla y posibilidad de transporte real. Precisamente el peso, de menos de 1.5 kilogramos, es uno de sus puntos positivos. Este equipo no es delgado pero sus 2 cm de grosor nos parecen un buen dato.
La pantalla tiene tratamiento antireflejos, y aunque se evitan en parte las incomodidades del la luz solar directa, no hay milagros posibles. De brillo está bien – son 300 nits – y la resolución de 1280×800 píxeles también nos ha parecido acertada. Tan solo echamos de menos un poco más de viveza en cómo muestra los colores la pantalla.
En la parte del cerebro, el Atom N570 y los dos GB de memoria RAM hacen que el sistema vaya fluido incluso con flash de por medio, aunque en algunos vídeos en alta definición en Youtube hemos notado saltos.
En el apartado de las conexiones, contamos con salida/entrada de audio, dos puertos USB (uno a cada lado y uno de ellos tapado)m salida VGA mediante adaptador incluido, ranura para tarjetas de memoria SD (en el frontal) y otra para la SIM. También disponemos de webcam.
El teclado es una parte especial de este Samsung ChromeBook series 5. Tiene las teclas separadas, es bastante cómodo e incluye teclas con accesos directos bastante acertados, como el botón de pantalla completa, de cambio de ventana del navegador, de búsqueda o de navegación atrás/adelante, además de los de volumen (el sonido es por cierto bastante mejorable) y brillo de la pantalla.
En cuanto al trackpad, tiene un tamaño no muy grande y es preciso, pero mejorable.
Pasamos ahora a la autonomía de este Samsung Chromebook, que alcanza sin problema las 7.5-8 horas, un dato que no podía ser menos para un equipo conectado.
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