Implementados con pantallas LCD de 4 y 5 pulgadas (800 × 480 píxeles) respectívamente, estos minitablets llenan el hueco entre el Samsung Galaxy Player 50 y los grandes tablet de 7 y 10 pulgadas con conectividad 3G. En el interior, procesador mononúcleo a 1Ghz, sistema operativo Android 2.2 actualizable proximamente a Gingerbread, y 8GB de memoria interna ampliables en otros 32 mediante tarjetas MicroSD son sus señas de identidad.
Tanto el Samsung Galaxy S WiFi 4.0 como su hermano una pulgada más alto son dispositivos pensados para el ocio y enfocados a un público jóven. La conectividad WiFi N y las aplicaciones de Samsung Apps y Android Market garantizan un amplio abanico de juegos y herramientas varias para descargar.
Por otra parte, Samsung ha puesto especial mimo en dotar a estos nuevos integrantes de la familia Galaxy de la máxima compatibilidad de archivos, desde el típico DivX hasta MKV, OGG, o FLAC. El navegador también es compatible con Flash y HTML5.
Los nuevos Galaxy WiFi quieren hacer manitas con el televisor, y para ello Samsung les ha dotado de su plataforma DLNA, denominada AllShare, de aplicación de mando a distancia, y de una próxima aplicación llamada Clone TV que permitirá ver cualquier contenido del televisor en el minitablet a través de la red WiFi. Por supuesto, gran parte de estas funciones requieren que el televisor también sea Samsung.
Aunque no integran 3G, ambos dispositivos sí que tienen GPS, lo que permite usar las funciones de navegación de Google si tenemos la precaución de descargar los mapas cuando estemos cerca de una zona WiFi. Las baterías son una 1.200mAh y 2.500 mAh para los modelos de 4 y 5 pulgadas respectivamente. Samsung asegura que ambas permiten ver hasta 8 horas de vídeo ininterrumpidas. Lo comprobaremos, aunque para ello tengamos que tragarnos las dos trilogías de Star Wars.
Ambos minitablets, MIDs o cómo prefiráis llamarlos están ya disponibles a un precio de 259 y 299 euros respectivamente.
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