A medida que se acerca el momento del alumbramiento, el bebé, al igual que la mamá, se va preparando para el momento. Su cuerpo ya está completamente desarrollado y sólo falta que se ubique en la posición más cómoda para nacer. Esta es con la cabeza hacia abajo, como mirando hacia la espalda de la mamá, y se conoce como posición fetal.
Esto ocurre alrededor de las 3 o 4 semanas antes de la fecha prevista para el alumbramiento o parto. Sin embargo, a veces puede ocurrir que no se coloque en esa posición sino que por ejemplo, quede con los pies hacia abajo. Eso se conoce como posición pelviana. De hecho, el bebé puede colocarse en posiciones muy variadas:
Presentación cefálica. Esta es la presentación normal que ocurre en más del 95% de los partos. Cuando sale la cabeza primero, idealmente flexionada hacia el pecho para que salga primero la coronilla del bebé. En algunas ocasiones, puede haber la presentación de cara: con la cabeza hacia abajo pero mirando al frente. Esto puede prolongar y dificultar el trabajo de parto. Con supervisión médica, podrías intentar rotar al bebé poniéndote en cuatro patas con las nalgas levantadas. El médico también podría tratar de acomodar al bebé a través de algún método de versión, pero si no funcionan, quizá necesites una cesárea.
Presentación transversa o de hombros: atravesado en el abdomen, en posición horizontal, con la espalda hacia abajo, como mirando hacia arriba. En este caso, el médico podría tratar de voltearlo manualmente a la posición de cabeza, pero generalmente es necesario hacer una cesárea.
De las presentaciones de nalgas hay varios tipos:
Nalgas completas: con las nalgas hacia abajo y las piernas cruzadas.
Nalgas francas: con las nalgas hacia abajo y los pies hacia la cabeza.
Nalgas incompletas: con las nalgas hacia abajo, un pie hacia arriba y el otro flexionado.
Presentación podálica: con las nalgas hacia abajo, un pie hacia la pelvis y el otro flexionado.
En cualquiera de estas presentaciones de nalga hacia abajo, si llega el momento del parto y el bebé no ha cambiado su presentación, el médico podría intentar voltearlo manualmente, utilizando lo que se conoce como método de versión. Estas versiones pueden ser:
1.Versión externa: cuando el médico oprime la parte exterior del abdomen de la mamá para mover al bebé. Este método es viable en embarazos normales pero no en todos, por ejemplo, cuando la mamá tiene sangrado vaginal, si el bebé es demasiado pequeño o su ritmo cardíaco no es normal, o si se trata de un embarazo múltiple.
2.Versión interna: es cuando el médico introduce su mano a través de la vagina y del cuello uterino y mueve al bebé desde adentro.
Si ninguno de estos intentos tiene éxito, se necesitará practicar una cesárea.
Nadie conoce con certeza la causa de la presentación de nalgas, pero es más común que ocurra en ciertas situaciones. Entre ellas:
Cuando la mamá ha tenido más de un embarazo.
Si la mamá está embarazada de mellizos o más bebés.
Cuando el líquido amniótico, que es el que rodea al feto dentro del útero, no es escaso o es excesivo.
Si el útero no tiene una forma normal o contiene bultos (tumores, masas) anormales, como fibromas.
Cuando se produce lo que se conoce como placenta previa, es decir que la placenta cubre la entrada del útero, ya sea de manera total o parcial.
Si el bebé nace antes de tiempo (antes de la semana 37 de gestación).
La mayoría de los bebés en presentación pelviana nacen saludables. Sin embargo, ésta no deja de ser una situación especial y es posible que durante el parto se deban tomar decisiones para evitar complicaciones.
Si se acerca el momento del parto o alumbramiento y tu bebé no se ha acomodado en posición fetal, habla con tu médico acerca de esta situación para que te explique lo que podría ocurrir, cuáles son los riesgos para ti y para el bebé y qué es lo más seguro para ambos, de manera que juntos puedan planear el parto más conveniente en tu caso particular.
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