Acaso muchos le habían perdido el rastro a Korn tras cuatro explosivos discos noventeros, baluartes de un nu metal que parecía haberse escondido en algún lugar, pero que definitivamente no estaba muerto. Quizá otros recién los descubrieron llegando el 2000.
Pero lo cierto es que Korn dio un show para todos los gustos. Haciendo un repaso por casi todos sus ocho discos de estudios, Jonathan Davis y compañía dejaron en claro por qué llegaron a ser una de las bandas más emblemáticas del metal de la década pasada.
Y es que el setlist escogido hizo sentir que los noventa nunca se fueron. Si bien en un primer momento parecía que el “Issues” imperaría durante la hora y media que se presentaba la banda. Sin embargo, en la segunda parte Korn, tal como lo había anunciado “Munky” en una entrevista a El Comercio, volvieron a sus raíces y con “Need to”, “Clown”, “Faget”, “Shoots and ladders” y “Korn” dieron vida al primer disco del grupo y el pogo de la canción que dio nombre a su primera placa, literalmente, enloqueció a los 5 mil fanáticos que se hicieron presentes.
El conocido amague de que se retiraban dio un último suspiro para el tramo final el show, y Korn reapareció con gaita bajo el brazo y luego cerraron con “Got the life”, uno de los himnos de “Follow the leader”, allá por 1998, el mismo año en el que realizaron una soberbia presentación en nada menos que Woodstock.
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